Investigadores de la Universidad de Oxford (UO) y de a biotecnológica alemana Devanthro han diseñado un dispositivo que proporciona estrés mecánico a células que crecen en un bioreactor de cámara flexible. Denominado bioreactor humanoide, el dispositivo se asemeja a la articulación del hombro y proporciona a los fibroblastos los estímulos ...
Investigadores de la Universidad de Oxford (UO) y de a biotecnológica alemana Devanthro han diseñado un dispositivo que proporciona estrés mecánico a células que crecen en un bioreactor de cámara flexible. Denominado bioreactor humanoide, el dispositivo se asemeja a la articulación del hombro y proporciona a los fibroblastos los estímulos relevantes para la generación de implantes tisulares destinados a resolver lesiones músculo-esqueléticas. En el examen del transcriptoma celular a los 14 días de exposición a los movimientos robóticos, los científicos constataron cambios significativos en comparación con cultivos generados en ausencia de carga.
Pierre-Alexis Mouthuy, investigador del Instituto Botnar de Ciencias Músculo-Esqueléticas de la UO y director del equipo científico, afirma que en el contexto fisiológico las fuerzas de cizalladura y mecánicas, tales como torsión, compresión y tensión, son esenciales en el desarrollo y mantenimiento de los tendones. Este tipo de tejido conectivo sufre profundas modificaciones cuando crece en ausencia de tensión, lo que resulta en la reducción de su tamaño y en el rápido deterioro de sus propiedades mecánicas. Aunque los bioreactores de estiramiento cíclico ya existentes ofrecen mejoras en comparación con los estáticos, siguen presentando limitaciones cruciales, derivadas de la unidireccionalidad de la fuerza ejercida sobre el tejido incipiente. Además, el mismo bioreactor se utiliza para producir todos los tipos de tendones, a pesar de que su función y perfil de distribución de fuerzas depende de su localización anatómica. Mouthuy asegura que el bioreactor humanoide podría ser especialmente útil en la producción de tendón para reparar las lesiones del rotador, que afectan a más del 25% de la población mayor de 60 años y en las que la tasa de éxito de la cirugía es baja.
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