El Hubble de la NASA capta los momentos finales de una estrella ″monstruosa″ | Ciencia y Ecología | DW | 15.09.2021

2022-06-03 20:43:26 By : Mr. curry zhang

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AG Carinae está catalogada como una variable azul luminosa. Estas estrellas –decenas de miles a varios millones de veces más luminosas que el Sol– son bastante raras porque no hay muchas estrellas tan masivas.

AG Carinae se clasifica formalmente como una variable azul luminosa porque es caliente (azul), muy luminosa y variable.

El telescopio espacial Hubble de la NASA ha captado recientemente imágenes de la estrella gigante AG Carinae. En concreto, los científicos revelaron la doble naturaleza de la estrella gigante, que se encuentra en la constelación de Carina, en el cielo austral, a unos 20.000 años luz de distancia.

"Esta Imagen de la Semana muestra nuevas vistas de la naturaleza dual de la estrella AG Carinae, que fue el objetivo de la imagen del 31 aniversario del telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA en abril de 2021", según publicó este lunes (13.09.2021) la Agencia Espacial Europea (ESA).

"Esta nueva perspectiva se desarrolló gracias a las observaciones del Hubble de la estrella en 2020 y 2014, junto con otras captadas por el instrumento WFPC2 del telescopio en 1994", agregó la organización internacional dedicada a la exploración espacial.

AG Carinae está clasificada como una variable azul luminosa. Estos raros objetos son estrellas masivas evolucionadas que se convertirán en estrellas Wolf-Rayet, una clase de estrellas que son de decenas de miles a varios millones de veces más luminosas que el Sol, según reporta Sci-News.

Estas estrellas son bastante raras porque no hay muchas estrellas tan masivas.

La primera imagen muestra los detalles de las emisiones de hidrógeno ionizado y nitrógeno ionizado de la nebulosa (que aquí se ve en rojo).

La estrella gigante, según la ESA, estaría librando un tira y afloja entre la gravedad y la radiación para evitar su autodestrucción; está rodeada por una nebulosa espectacular, formada por el material expulsado por la estrella durante varios de sus estallidos pasados.

Y es que las variables azules luminosas presentan un doble rasgo. En primer lugar, parecen pasar años en estado de letargo o inactividad y, en segundo lugar, entran en erupción en forma de estallidos de cólera.

Según la ESA, la primera imagen muestra los detalles de las emisiones de hidrógeno ionizado y nitrógeno ionizado de la nebulosa (que aquí se ve en rojo). En la segunda imagen, el azul demuestra el aspecto contrastado de la distribución del polvo que brilla de luz estelar reflejada. Los astrónomos creen que las burbujas y los filamentos de polvo se formaron en el interior y fueron moldeados por un potente viento estelar.

La nebulosa tiene una anchura de unos 5 años luz, lo que equivale a la distancia desde aquí hasta nuestra estrella más cercana, Alfa Centauri, y tiene aproximadamente 10.000 años de antigüedad. Aunque la nebulosa parece un anillo, en realidad es una cáscara hueca rica en gas y polvo, cuyo centro ha sido despejado por el poderoso viento estelar que viaja a unos 200 km/s.

Editado por Felipe Espinosa Wang.

El hallazgo podría obligar a los científicos a redefinir el diseño de modelos teóricos para comprender cómo evolucionaron la Vía Láctea y otras galaxias.  

El nuevo descubrimiento pone en tela de juicio la definición de las enanas blancas, así como una de las principales técnicas que utilizan los astrónomos para determinar la edad de las estrellas.  

El hallazgo podría tener implicaciones para nuestra búsqueda de mundos similares a la Tierra, ya que ayudaría a los astrónomos a descartar sistemas estelares con poca probabilidad de contener mundos similares al nuestro.  

El telescopio espacial James Webb está casi listo para transformar nuestra visión del universo y cambiar la astronomía para siempre.

El Sol invierte su campo magnético cada 11 años. Incluso la Tierra experimenta inversiones magnéticas cada varios cientos de miles de años. Pero no se creía que estas fueran probables en los agujeros negros supermasivos.

Earendel, a 12.900 millones de años luz de la Tierra y formada cuando el universo aún era joven, será una puerta para entender la evolución estelar.

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